Donnerstag, 27. Mai 2010

MGALD: The Revenge of the Uruk-Ñú (parte 8 y final de la p&t@ 2ª temporada)

Hola a todos malditos soplagaitas escrotales. Hoy finaliza por fin la 2ª temporada de MGALD, una historia apasionante acerca de seres monstruosos y abominables que intentan apoderarse del Sistema Solar. Sin embargo, un colosal héroe se interpuso en su camino con el fin de que no lograran su objetivo: la destrucción absoluta del universo mediante la ingesta total de toda la materia física existente, dejando el espacio estelar vacío por completo, como su hubiese sido enteramente absorbido por un agujero negrérrimo. Ese semidios o pseudodeidad, más ilustre que Don Quijote, más magnífico que Solimán I y más fuerte que David el Gnomo (que a su vez es 7 veces más fuerte que tú), no es más que ULTRA-YAN, REY DEL COSMOS.


Bueno, y después de echarme más flores que Mena Suvari en la escena mítica de American Beauty, vamos a pasar a finalizar esta puta historia de una jodida vez, y así liberarme de la presión de tener que estar escribiendo cada X tiempo sobre los Uruk-Ñús, que vale, es repugnantemente divertido, pero no agradable para el que lo está viviendo. Venga, pues dicho esto preparad ya vuestras mentes para la diarrea silábica que está a punto de comenzar ahora mismo:

Era un día cualquiera, por supuesto gris y triste, como siempre era aquí (recordemos que la historia está ambientada en Alemania, país que carece de un estado meteorológico agradable). Yo, como siempre, estaba ahí, con mi ordenador, dándole a las teclitas, calculando mierdas y viendo qué componentes eran más baratos para un presupuesto. Por supuesto, en mi misma habitación, las dos Uruk-Ñús, una digievolucionada y mega-obesa, y la otra sólamente obesa, pero a su vez mega-subnormal e acojonantemente imbécil. El panorama pues el de siempre: Ultra-Yan VS. Criaturas infernales macro-sebáceas e ineptas mentales.

De repente, una voz se alzó desde el horizonte: "MD por favor, ¿podrías acercarte un momento a mi despacho?". Era la voz del jefe, algo estaba ocurriendo en la oficina y yo no me estaba enterando de nada. MD se levantó, recolocó sus grasas para encajar de forma correcta con el marco de la puerta (como ya comenté en el anterior post), y se introdujo en él (uso en verbo 'introducir' porque tanto volumen en tan pequeña puerta no concuerda sintácticamente con el verbo 'entrar'). Yo observaba cómo MD intentaba desplazarse de un lugar a otro y la verdad es que era un acto digno de grabarlo en vídeo y colgarlo en internet. Parecía una escena a slow motion en calidad ultra-brutal (aproximadamente 4.562.203 fps), con una definición 80 trillones de veces superior al mega-HD o cualquier disco de Blu-ray. Simplemente acojonante.

Y así, la puerta de cerró, y estuvo en este estado estático durante escasos 15 minutos. Y cuando se abrió, ahí estaba MD, como siempre, con una sonrisa en sus fauces. Sí amigos, a pesar de su monstruosa apariencia física y su ínfima capacidad intelectual, MD era feliz, o mejor dicho, obesamente feliz, demostrando que el mundo no es ni dinero, ni fama, ni amor. La felicidad es COMER y tener una reserva de grasas superior a la de toda la población de focas monje (terrestres y extraterrestres) existentes en el universo.

Y mi pregunta era: ¿Por qué cojones está tan contenta MD? ¿Qué hostias le habrá dicho el jefe? ¿Le habrá cambiado el sueldo por un cargamento mensual vitalicio de donuts rellenos de chocolate? Y si es así, ¿mejorará con los donuts su rendimiento laboral? ¿Será este aumento de rendimiento superior a un 0,002 %? Toda esta serie de incógnitas volaban por mi cabeza sin encontrar en ningún momento una respuesta coherente.

Así que bueno, parecía que la historia de que MD iba a ser despedida más bien parecía lo contrario: que se iba a quedar y, encima, con un cargamento de donuts glaseados como plus mensual. De modo que lo que tenía que conseguir era hacerme a la idea de que iba a haber Uruk-Ñús para rato (y no parecía que iba a ser corto).

Sin embargo al mes ocurrió un hecho que comenzó a dar pistas de lo que iba a ocurrir en el futuro: se empezó a realizar una reubicación de personal. Yo no me moví de mi puesto pero La Delineante, que estaba sentada en la mesa enfrente de mí, fue alejada hacia el extremo de la sala que, aunque era el mismo cuarto, su puesto estaba una distancia de unos 15 m. Y MD fue trasladada de despacho, llevándola a la sala situada al final del pasillo, completamente al otro extremo de nuestro cuarto. Estos hechos subieron 3 rayitas mi barrita de felicidad, dado que el hecho de alejarme de criaturas luciferinas pseudo-disformes siempre produce sosiego y agrado. Parecía que por fin se veía un poco de luz al final del túnel.

En este proceso de reubicación, en mi sala metieron otra mesa nueva más, elevando el número de puestos a cuatro. Sin embargo, sólamente dos estaban ocupados, una por mí y otra por un ser demoníaco y terriblemente espantoso, quedando aún dos puestos más libres. ¿Cuándo serían ocupados dichos puestos? ¿Por quién o quienes? ¿Más delineantes? ¡¡¡NO!!! ¿Una rubia ninfómana mega-bueneznérrima sedienta de productos lácteos? ¡¡¡SÍ!!! No se sabía nada, pero mi imaginación comenzaba de nuevo a jugármela una y otra vez con cábalas que no tenían pies ni cabeza. En fin, ante tanta monstruosidad concentrada, ¿en qué iba a pensar? ¿En más monstruos? ¿En seres amorfos y horrendos? Pues no amigos, yo pensaba en otras cosas.

Y un día se desveló el misterio. El jefe entró a nuestro despacho y anunció que iba a venir otro NUEVO DELINEANTE. Y esta vez iba a ser un pibe, rompiendo con todas las conjeturas que se barajaban. Pero entonces claro, la empresa no necesitaba tantos delineantes, y atando cabos finalmente llegué a la conclusión de que MD SÍ que iba a ser finalmente despedida.

Esta misma conclusión fue confirmada al día siguiente por mi compañero de curro, el cual estuvo hablando con el jefe y fue informado al respecto. De modo que ahora se había resuelto el misterio: aquel día, cuando MD fue llamada al despacho del jefe, fue el día cuando le dieron el finiquito, que no sería más que un billete a canjear en un Dunkin Donuts por una cantidad descomunal de bollería industrial, y por eso estaba MD con esa sonrisilla. De modo que ahora iba a entrar en juego un nuevo delineante, al cual denominaremos a partir de este momento como EL SUSTITUTO. ¿Como será? ¿Será bueno, malo, peor? ¿Será un Uruk-Ñú macho? De nuevo todo incógnitas.

Y el último día de MD llegó. Era como otro día cualquiera, sin cambios. MD cometía los mismos fallos de siempre, pero ya daba igual. Era su último día y tampoco había que ser crueles con aquellos que padecían deficiencia mental. Así que llegado la hora de salida, MD recogió sus cosas (galletas de chocolate, bolsas de saladitos, botellas de churri-cola, etc.) y se preparó para la marcha. Era increíble, porque las únicas pertenencias que tenía eran productos alimenticios-basura. Y una vez en la puerta, se fumó su último pitillo como trabajadora de la empresa y se despidió de todos nosotros. Yo le di la mano (no tuve valor a abrazar a toda esa masa fosfolípida) y le deseé suerte en su próximo trabajo, a lo que ella respondió con una gran sonrisa. Y sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se fue. No sé si al final la iba a echar de menos (realmente NO), pero la gran diferencia entre MD y La Delineante era que, mientras La Delineante era una persona arrogante y desagradable (además de fea y disforme), MD era más bien lo contrario: era una persona simple y sencilla, que no ocultaba su pasión por comer y, además, se la sudaba completamente ser una brutal obesa zampa-bollos. Su felicidad era tan grande como el diámetro de su cintura, y eso era al final lo que realmente daba importancia a su vida.

Fin de la 2ª temporada

Bueno amigos, estoy contento de haber finalizado de una jodida vez esta historia que me estaba ya tocando los huevecillos. Como habréis podido leer, un personaje nuevo ha entrado en juego. Sí, es El Sustituto. ¿Qué nuevas historias nos depararán con este nuevo personaje? ¿Habrá una batalla final entre todos en la que se decidirá el futuro de la galaxia entera? ¿Cómo interactuará este personaje con Ultra-Yan? ¿Es alguien bueno, es malo, un aliado o un enemigo? O lo que es más importante, ¿HABRÁ 3ª TEMPORADA DE MGALD? No se sabe aún, sólamente lo habrá si la aclamación popular así lo quiere. Si no, echamos el cierre amigos. Venga, espero lo meditéis y me transmitáis sinceramente vuestras opiniones. Hasta entonces me despido de ustedes. Servus.

Samstag, 22. Mai 2010

MGALD: The Revenge of the Uruk-Ñú (parte 7)

Hola a todos los soplapenes lectores de este putrefacto y asqueroso blog. Hoy vuelvo a la carga con nuevas ideas listas para destrozar vuestras sucias y pervertidas mentes. Numerosos cambios han ocurrido desde mi última entrada. Para empezar, ha venido un nuevo becario a la empresa. Y lo bueno es, ¡que me lo han encasquetado a mí! Sí señores, tengo un discípulo al cual estoy entrenando en las técnicas de combate anti-uruk-ñús. Para él yo soy la sabiduría y la verdad absoluta, así que de momento hace todo lo que le ordeno. Ultra-Yan se ha convertido finalmente en maestro y mentor de alguien y se siente completamente orgulloso de ello.

Además, el Bayern de Múnich ha ganado la bundesliga y para celebrarlo montaron un escenario en la plaza del ayuntamiento. Pero bueno, eso no era lo importante. Lo que realmente merecía la pena era la CERVEZA GRATIS que daban a todos los asistentes. Así que os podréis imaginar cómo acabamos aquella fatídica tarde de domingo, y al día siguiente tocaba currar como un bastardo. Puto Van Gaal (y qué cachonda la camarera por cierto).


Bueno, también comentar que realicé hace unos días un viajecillo con Román, Pichi y una amiga de Pichi por Eslovenia y el norte de Italia. No estuvo nada mal, conocimos bastante gentecilla y a varias féminas vitrinosas, haciendo especial mención a dos argentinas increíbles que compartieron habitación (que no cama) con nosotros en el albergue de Trento y que se merecían más de un 10 en la escala de hermosura.

Pues nada, aparte de todo lo que ya he contado (que no es poco) han ocurrido otras tantas cosas más, pero ahora mismo no me acuerdo y no me apetece buscar en mi memoria, así que paso de mierdas y continuamos con el relato de MGALD:

Pues nada, tras la brutal demostración de capacidad intelectual de MD, mi compa de curro acabó hasta el pene y al final del día fue a hablar con el superior. La verdad es que no hizo falta decirle nada: el jefe estaba completamente al tanto del asunto. Seguramente ya habría sufrido en sus propias carnes la pesadilla de trabajar con MD y la opinión general era clara: la Mega-Delineante era una enorme masa graso-sebácea con patas cuya valía era inferior a la de una larva de pulgón austro-húngaro.

Sin embargo había demasiado que hacer en la oficina y el jefe estaba tan ocupado que no podía encargarse de ningún papeleo más. Parecía que de momento MD se estaba salvando, pero tampoco hacía nada por mejorar su trabajo, era algo increíble. Era como si no se diese cuenta de que era una puta inútil, que lo que hacía no valía para nada, que su colaboración en la empresa era absolutamente negativa, que ralentizaba nuestro ritmo laboral... en fin, que nos estaba jodiendo a todos la puta vida.

Pero lo que más me reventaba era que claro, dado que MD era una auténtica inepta física y cerebral (digo física también porque apenas podía moverse un par de metros sin parar a descansar unos minutos), parecía que La Delineante (sí, la auténtica y original) era la repanocha. Sí, acojonante señores. Por primera vez en la historia los números apoyaban a La Delineante: si sus planos tenían una media de 976 errores por mm2, los de MD tenían 4.190.263 errores por μm2, vergonzoso, absolutamente desolador.

Y pasaban las horas, los días y las semanas y yo me preguntaba: ¿Por qué cojones tengo que trabajar al lado de estas elefantes marinas urukñuínas que, además de ser más feas que un cachorro de orco cruzado con un troll leproso, eran la mayor catástrofe que la madre naturaleza había permitido sobre la faz de La Tierra? Comencé a maldecir al destino, al karma y a los 4 dioses congoleños que estaban permitiendo que esto ocurriera.

Mi salud comenzó a deteriorarse y mi ánimo a desvanecerse. Los días eran grises y no había ni un solo rayo de luz que augurara un poco de esperanza. Parecía que la mala suerte se había cebado conmigo. La paranoia comenzaba a apoderarse de mi mente y las pesadillas a proliferar durante las noches. Ultra-Yan estaba agotado, no veía la salida y estaba a punto de rendirse.

Pero un día, el jefe llamó a MD a su oficina. Ésta, cómo no, tardó 47 minutos en levantarse y 2 horas y 34 minutos en dar los 9 pasos de distancia que separaban ambas habitaciones. Por supuesto, para atravesar la puerta necesitó también 89 minutos, tiempo necesario para reubicar sus grasas para adaptarlas al marco de ésta y poder pasar sin tener que destruir la pared. Y la puerta de repente se cerró, dejando un eco que se oyó en todo el pasillo...

Continuará...

¡¡¡Esto chavales ya huele casi a final!!! ¡¡¡En la próxima entrada habrá que finiquitar el relato!!! ¿Qué habrá pasado? ¿Qué le habrá dicho el jefe a MD? ¿Será una charla sin más o le habrá firmado el finiquito? O es más, ¿se habrá comido MD al jefe? ¡¡¡La próxima entrada será la definitiva!!! ¡¡¡En plan Lost!!! Servus.