Samstag, 17. Dezember 2011

Las locas aventuras de El Lonchas y El Viseras (parte 2)

Hola a todos los malditos hijos de la gran pelandusca lectores de este asqueroso y siempre repugnante blog. Este fin de semana se presenta más que tranquilito debido a que no me apetece hacer nada más que rascarme la envoltura testicular. Así que he decidido meter otra entrada, así porque sí, sin ninguna razón especial.

Como ya comenté hace unas semanitas, una nueva saga ha comenzado con nuevos especímenes que darán mucho que hablar. En la anterior entrada presenté a El Lonchas, un ser que merece estar en el top 5 de los mayores personajes que jamás hayan existido en el planeta Tierra. Su aspecto monstruoso sólo era comparable al hedor infecto que desprendía su cuerpo. Él en sí era un cúmulo de desgracias evolutivas concentradas en una bola de sebo de morsa del Láptev. Pero bueno, en el mundo tiene que haber de todo, y a veces surgen experimentos fallidos de la Madre Naturaleza que escapan de sus jaulas de cuarentena y se entremezclan como pueden con la sociedad, aunque sin poder integrarse en ella como es el caso.

Así que bueno, hoy voy a hablar del otro personajillo en cuestión, el cual que no tiene absolutamente nada que envidiar al otro. Su nombre como bien ya adelanté es El Viseras y es una auténtica mezcla infernal de mutaciones genéticas accidentales conformando un ser realmente inverosímil. Pero bueno no os preocupéis que todo esto os lo cuento en los próximos párrafos porque la historia continúa ahora mismo:

A pesar de lo personaje que era El Lonchas, en la oficina había todavía otro ser que luchaba con todas sus fuerzas para ser el foco de atención de todos. Esa persona era (como ya os he adelantado) El Viseras, una auténtica aberración de la naturaleza que había sobrevivido al mundo gracias a sus astutas e indecorosas artimañas.

Cuando me dieron el puesto de trabajo, antes de comenzar ya me advirtieron los sucísimos Andrés y Tomás de la presencia de un ser muy peculiar en la oficina. Sin embargo, no me ofrecieron datos, simplemente me enseñaron una imagen que se quedó estampado para siempre en mi maltrecha retina. Mediante una página de redes sociales (no voy a decir nombres pero todos os podréis imaginar a cuál me refiero) accedimos a una foto colgada en su perfil que podría haber sido sacada perfectamente de AwkwardFamilyPhotos.com (visitadla y sabréis a lo que me refiero). Realmente espeluznante, gracioso a la vez que grotesco, increíble a la vez que desagradable. Muchos sentimientos se mezclaron en mi mente en aquel momento: asombro, sorpresa, pena, risa, lástima... era realmente algo espectacular, un engendro único en el mundo, algo que podrían mostrar en circos o ferias para ganar dinero, un auténtico atentado a la selección natural y la evolución terráquea.

La verdad es que me quedé estupefacto con la imagen, nunca pensé que semejantes cosas existían. Su ADN debía ser algo parecido a un carnaval de genes de diversas especies, entremezcladas de forma aleatoria como si fuese un cóctel de cromosomas radiactivos. Estaba impaciente por comenzar a trabajar, quería ver "eso" con mis propios ojos para constatar de que sí, de que tiene que haber de todo en el mundo.

Y el primer día de curro llegó. Como comenté ya en la primera entrega de esta saga, hice la ronda de presentaciones. Con gran valor aguanté el olor fétido de El Lonchas y sus ataques infectos, sólamente con una meta: encontrar a El Viseras, el eslabón perdido entre los Hobbits y los Ewoks (véase imagen).


Y mi paciencia tuvo su recompensa. Tras varias rondas de presentaciones, ahí estaba el personajillo en cuestión, a la espera de su turno para poder realizar el saludo. No sabía cómo comportarme, era la primera vez que contactaba con razas bastardo-alienígenas. Era algo muy peculiar, una mezcla entre algo gracioso y algo horrendo, sin duda incatalogable.

Sinceramente, no hay mejor manera de describir la apariencia de este alucinante ser diciendo que es una jodida raza bastarda fruto de inseminar óvulos defectuosos de Ewoks imberbes con esperma de Hobbit indio y depositarlos durante aproximadamente 3,1416 ciclos lunares bisiestos en la cloaca de un Uruk-Ñú para su gestación (Léase entrada del 05.11.09 en "Gestación de Uruk-Ñús"). De verdad, es algo fuera de lo normal, la hiperfealdad concentrada en un irrisorio y grotesco cuerpo, con una altura rozando los 1,55 metros y unos pies de tamaño desproporcionado en comparación con el resto de su físico. Su rechoncha cara es similar a la de un Ewok con síndrome de Down mal afeitado, con unos mega-carnosos labios de color super-rosado (estilo Carmen de Mairena) y UNA sola ceja brutalmente poblada (marco superénfasis en lo de UNA). Y es que hay gente a la que llamamos "unicejo" simplemente por poseer un pequeño puente peludo entre las dos cejas. Pero en este caso no, en este caso os puedo asegurar que tiene UNA ÚNICA CEJA y MUY pero que MUY TUPIDA (Véase a Blas de Barrio Sésamo).


Dios no me cansaré nunca de recalcar esa increíble ceja, es definitivamente LA CEJA, la más poderosa existente en el universo. Con esa ceja puede barrer toda la mierda del mundo, es sin duda alguna su arma letal, el ataque de la ceja asesina.

Así que ya por fin había conocido a este engendro, que a pesar de su desgraciado aspecto intentaba hacerse un hueco en la sociedad. Sin embargo nunca lo conseguiría, porque detrás de ese diminuto cuerpo se escondía una ratera sanguijuela sin decencia alguna, y Ultra-Yan aún no era consciente del peligro que le acechaba...

Continuará...

Bueno esto es todo por hoy, espero que sigáis siguiendo la historia y no lo olvidéis, en el día menos esperado caerá una nueva entrada que os dejará completamente anonadados. No os lo perdáis, porque próximamente habrá mucho más. Servus.