Montag, 20. September 2010

La Gran Meta

Hola a todos los comebolsas lectores de este apestoso y mugriento blog. Hoy estoy repleto de energía positiva: expelo buen rollo, irradio energía, cago fresitas con nata y meo Powerade. Sí, estoy embarcado en una misión extremadamente importante, y requiero toda la fuerza celestial posible. Pero os preguntaréis: "¿Qué cojones te ocurre Ultra-Yan?", "¿Ha tomado esta mañana drogas psicodélicas?" o simplemente "¿Es gilipollas?". No amigos no. No estoy drogado, no me ocurre nada y lo de gilipollas... bueno sí, gilipollas soy un poquito, debo admitirlo.

El asunto está que ha comenzado el ya archimundialmente conocido Ultra-Oktober-Fest. Consiste en beber cerveza en jarras de un tamaño brutal mientras miras a mujeres con escotes pronunciados y minifaldas pseudopornográficas. Este vestido que llevan las mujeres se llama Dirndl, y tiene el poder de convertir a las féminas en seres celestiales (siempre que la hembra ya tenga de por sí algo de atractivo físico, es decir, milagros no hace). Bueno, os pondré un ejemplo con las siguientes imagenes:


¿No es maravilloso? Bellas mujeres bebiendo birra como bestias pardas, simplemente precioso, sideral, no hay palabras para describirlo. Agrandad las imágenes, deleitaos por favor. Merece la pena. Además que conste que no son imágenes de ningún anuncio ni mierdas de esas, es así y punto, palabra de Ultra-Yan.

Bueno, el asunto es que el sábado fue el primer día del Oktober Fest, y no pude ocultar mis ganas de engancharme un pedal de escándalo. Pues dicho y hecho, cuando Ultra-Yan decide algo se hace. Y además bien. Perdí completamente el norte, de modo que me desperté el domingo como si me hubiera pasado una apisonadora por la cabeza.

Me encontraba mal tanto físicamente como psicológicamente, simplemente me sentía como escoria humana, un trozo de carne sin valor, una mierda de Uruk-Ñú revenida. Así que como Ultra-Yan es un ser de convicciones fuertes, decidí hacer algo con mi vida: reuní toda la energía que en ese momento me podía dar mi cuerpo y me dirigí hacia casa de Tomás. El asunto es que Tomás es un ser muy grande, y como tal decidió correr una maratón. Pues ahí estaba Ultra-Yan, siempre al límite: en 5 minutos los dos apuntaos. En fin, la vida es una carrera de obstáculos, y a mí me gusta ponerme más aún. Pero es algo que puede engrandecer mi persona, así que bienvenido sea.

Bueno, para ser sinceros no nos apuntamos a la maratón sino a la carrera de 10 km... algo es algo amigos, ¡¡¡no pidáis más a dos personas que dedican los fines de semana exclusivamente a beber cerveza!!! El Román como es del clan de los Gaylords no se apuntó, ¡¡¡te vas a arrepentir ya lo verás!!!

Así que todo requiere una preparación y hoy he salido a correr. Para ser sinceros no se me ha dado del todo mal. Sin concentramos el buen día que hacía, el amor por los Dirndls y la ultra-fuerza de convicción que posee el magnífico Ultra-Yan, todo sale. Sólo hay que canalizar todas esas energías en metas absurdas que te lleven a otras metas ya no tan absurdas, como por ejemplo conseguir Dirndls. Estoy convencido que esto tiene una razón y un destino: a Ultra-Yan no se le ocurren estas gilipolleces por arte de magia, sino que viene la inspiración vestida con un Dirndl que te lleva por el camino correcto con una preciosa recompensa. ¡¡¡Ultra-Yan confía chavales!!! Es "La Gran Meta".

Dicho esto me despido. Espero que haya sido un relato divertido y que os haya brindado placer y ganas de seguir leyendo, porque lo que pase a partir de ahora puede ser muy muy pero que muy interesante. ¡¡¡Servus!!!