Hola a todos malditos frotaescrotos estriados. Hoy es lunes y todo apesta. Sí, las cosas son así y punto. Los lunes nunca molan y nunca te vas a levantar y de repente decir: "¡Joder que de puta madre es lunes!". Ojalá nunca existieran. Dios, el sólo hecho de mencionar la palabra ya me da arcadas. Es una palabra realmente fea, sin ningún tipo de ornamentación, completamente plana y sin vida, gris y triste, sin vigor alguno.
Sin embargo a pesar de que sea lunes aquí estoy dando el callo por vosotros, que últimamente ni escribís en los comentarios ni me enviáis jamón ibérico por correo express. Espero que una espantosa Uruk-Ñú aparezca en vuestros sueños y os trague sin masticar de modo que, una vez lleguéis a su estómago, os muráis del asco debido a los pestilentes y nauseabundos jugos gástricos corrosivos que éste posee.
Pues nada, habrá que acabar con la maldita historia de El veinticincoavo simposio anual de energía solar fotovoltaica ¿no? Pues eso, siguiendo con la historia, resulta que aparecieron 'Die Damen Band'. Como ya mencioné en el anterior post, todo el mundo se quedó perplejo. Pero, ¿por qué motivo? ¿Acaso eran tan feas? ¿O tenían sarna? ¿O quizás eran calvas? O peor aún... ¿ERAN URUK-ÑÚS? No amigos no, todo lo contrario. Aparecieron cinco damas de proporciones brutalmente armoniosas, dejando la sala entera en estado de shock-empalmada.
Mientras cruzaban la sala, el tiempo comenzó a ralentizarse. Sus cuerpos se movían en slow-motion de una forma terriblemente sugerente. Sus caderas realizaban un movimiento armónico de vaivén, marcando perfectamente el ritmo al que se mueve el universo entero. Además, iban enfundadas en unas vestimentas que realzaban con enorme plenitud las curvas hiperbólicas que conformaban sus cuerpos. El concepto de belleza estaba concentrada en esos cinco cuerpos femeninos. Mirarlas era observar la armonía, el orden, la simetría, el equilibrio. Eran definitivamente el Anti-Uruk-Ñú.
Sin embargo, de lo que no se daban cuenta estas bellas mozas es que estaban corriendo un grave riesgo. La sala estaba repleta de enfermos mentales necesitados de movimientos pélvicos nocturnos y ellas no hacían más que alimentar esa sed. Yo tenía realmente miedo. La sensación que recorría mi cuerpo era como si en cualquier momento pudiese reventar una gigantesca presa de dimensiones titánicas, formando un acojonante mega-tsunami de líquidos blanquecino-amarillentos que inundara el recinto entero, muriendo todos ahogados en secreciones seminales.
Así que dicho todo esto las componentes de 'Die Damen Band' comenzaron a tocar algunos temillas. La verdad es que no cantaban mal, y las melodías eran bastante conocidillas, míticas pachangueras de toda la vida para mover bien el esqueleto. Sin embargo la gente no terminaba de animarse. Estaban en un estado de pseudo-timidez con extra de empalmada fálica brutal. Las chicas tocaron ya un par de temas pero la gente aún se mantenía a una cierta distancia del escenario. Y como la gente no se acercaba, las cantantes comenzaron a animarles a arrimarse, a señalar con el dedito, a hacer ojitos, lanzar sonrisillas... sinceramente se la estaban jugando.
Yo, al contrario de lo que podéis estar pensando, estaba en un estado metafísico de paz interior infinito. No había excitación corporal ni deseos libertinos. Simplemente entré en una fase de contemplación absoluta donde la cerveza ejercía de potenciador de efectos. Y de este modo, en cuanto me señalaron con el dedo y me hicieron el gesto de "ven pa'cá espantaliebres", no lo dudé un instante: di cinco pasos hacia delante para situarme en las proximidades del escenario, justo debajo de estas divas calienta-silbatos.
Al verme la gente acercarme decidieron que era una buena idea y poco a poco se iban aproximando también. Sin embargo, la distancia era todavía prudencial, dado que los gatillazos podían saltar en cualquier momento y el tiro parabólico podía dejar el escenario un poco "escurridizo"... y todo esto iba a tener unas consecuencias desastrosas...
Sin embargo a pesar de que sea lunes aquí estoy dando el callo por vosotros, que últimamente ni escribís en los comentarios ni me enviáis jamón ibérico por correo express. Espero que una espantosa Uruk-Ñú aparezca en vuestros sueños y os trague sin masticar de modo que, una vez lleguéis a su estómago, os muráis del asco debido a los pestilentes y nauseabundos jugos gástricos corrosivos que éste posee.
Pues nada, habrá que acabar con la maldita historia de El veinticincoavo simposio anual de energía solar fotovoltaica ¿no? Pues eso, siguiendo con la historia, resulta que aparecieron 'Die Damen Band'. Como ya mencioné en el anterior post, todo el mundo se quedó perplejo. Pero, ¿por qué motivo? ¿Acaso eran tan feas? ¿O tenían sarna? ¿O quizás eran calvas? O peor aún... ¿ERAN URUK-ÑÚS? No amigos no, todo lo contrario. Aparecieron cinco damas de proporciones brutalmente armoniosas, dejando la sala entera en estado de shock-empalmada.
Mientras cruzaban la sala, el tiempo comenzó a ralentizarse. Sus cuerpos se movían en slow-motion de una forma terriblemente sugerente. Sus caderas realizaban un movimiento armónico de vaivén, marcando perfectamente el ritmo al que se mueve el universo entero. Además, iban enfundadas en unas vestimentas que realzaban con enorme plenitud las curvas hiperbólicas que conformaban sus cuerpos. El concepto de belleza estaba concentrada en esos cinco cuerpos femeninos. Mirarlas era observar la armonía, el orden, la simetría, el equilibrio. Eran definitivamente el Anti-Uruk-Ñú.
Sin embargo, de lo que no se daban cuenta estas bellas mozas es que estaban corriendo un grave riesgo. La sala estaba repleta de enfermos mentales necesitados de movimientos pélvicos nocturnos y ellas no hacían más que alimentar esa sed. Yo tenía realmente miedo. La sensación que recorría mi cuerpo era como si en cualquier momento pudiese reventar una gigantesca presa de dimensiones titánicas, formando un acojonante mega-tsunami de líquidos blanquecino-amarillentos que inundara el recinto entero, muriendo todos ahogados en secreciones seminales.
Así que dicho todo esto las componentes de 'Die Damen Band' comenzaron a tocar algunos temillas. La verdad es que no cantaban mal, y las melodías eran bastante conocidillas, míticas pachangueras de toda la vida para mover bien el esqueleto. Sin embargo la gente no terminaba de animarse. Estaban en un estado de pseudo-timidez con extra de empalmada fálica brutal. Las chicas tocaron ya un par de temas pero la gente aún se mantenía a una cierta distancia del escenario. Y como la gente no se acercaba, las cantantes comenzaron a animarles a arrimarse, a señalar con el dedito, a hacer ojitos, lanzar sonrisillas... sinceramente se la estaban jugando.
Yo, al contrario de lo que podéis estar pensando, estaba en un estado metafísico de paz interior infinito. No había excitación corporal ni deseos libertinos. Simplemente entré en una fase de contemplación absoluta donde la cerveza ejercía de potenciador de efectos. Y de este modo, en cuanto me señalaron con el dedo y me hicieron el gesto de "ven pa'cá espantaliebres", no lo dudé un instante: di cinco pasos hacia delante para situarme en las proximidades del escenario, justo debajo de estas divas calienta-silbatos.
Al verme la gente acercarme decidieron que era una buena idea y poco a poco se iban aproximando también. Sin embargo, la distancia era todavía prudencial, dado que los gatillazos podían saltar en cualquier momento y el tiro parabólico podía dejar el escenario un poco "escurridizo"... y todo esto iba a tener unas consecuencias desastrosas...
Continuará...
PD: Sé que había dicho que iba a terminar el relato con la 2ª parte, pero es que siempre termino enrollándome a saco así que tendré que agregar una parte más a esta maldita historia. ¡¡¡Nos vemos en la próxima entrada!!! Servus.